jueves, 27 de noviembre de 2008

Más allá del dolor

Días oscuros estos, cuan dominio de Sauron. Enfermo, reflexivo, peleado .Tal vez dando más vueltas sobre asuntos resueltos y es que creo que nunca hay que dejar de patalear, aunque estés muy hundido en el barro.

La música mi copiloto y le empiezo a sacar el polvo a viejas canciones que me acompañaron antaño. Es increíble lo asertivas que suelen ser algunas, como escritas para mí en determinado momento.

Jerry Cantrell, diría hace más de 16 años se inspiró en una mala experiencia amorosa y escribió un poema de amor desesperado, un tema personalísimo que la angustiosa voz de Layne Staley le amplificó al mundo: es caída pura, pero que esgrime un grito desesperado desde lo más bajo que podría caer un ser humano, también voluntad de escape. Del infaltable Dirt, Down in a hole (hundido en un agujero).



“Down in a hole
Feeling so small
Down in a hole
Losing my soul
Down in a hole
Feeling so small
Down in a hole
Out of control
I’d like to fly but my
wings have been so denied”

“Hundido en un agujero
Sintiéndome tan pequeño
Hundido en un agujero
Perdiendo mi alma
Hundido en un agujero
Sintiéndome tan pequeño
Hundido en un agujero
Fuera de control
Me encantaría volar, pero mis
alas han sido tan negadas”


Temón de los noventa, me lleva a recurrir a ese optimismo puro de que quizá el dolor no es tan negativo, el caer desde lo alto debe ser necesario cuando la soberbia comienza a hilvanar en alguien, tal vez lleve a ser más crítico a probar el autocontrol; aunque claro que muchos no pasan la prueba, de hecho el mismo Staley no pudo detenerse y la desesperación que siempre aguardaba a la vuelta de la esquina lo hizo caer, el cáncer ya estaba en una fase avanzada.

martes, 4 de noviembre de 2008

Como es eso de merecer

Siempre me he preguntado como es que las personas son capaces de merecer, “Cada quien tiene lo que se merece”, aunque y en estricto rigor solo la persona que le va bien en determinado momento reconocería esta premisa.

No me convence que todo sea tan equilibrado. Los budistas lo llaman “Karma”, los cristianos “la Regla Dorada” y eso me infiere que cada acto tiene su consecuencia proporcional. No creo que ocurra en todos los casos, pero debería.

También sería trivial: Siembras papas cosechas…. papas. Mejor es crear la “supersemilla” como cuando los Simpsons cosecharon el “Tomaco”.

Pero ¿Cómo será?, quizá sea como las tiendas comerciales que te dan puntos por cada compra y hay que acumular los puntos suficientes para obtener un lindo regalo (que no sea el sacacorchos o el porta lápiz) y lo complicado de llevar esto a la práctica es que nadie te va a responder por la acumulación de puntos no canjeados o que nunca podrás canjear, solo tú.

Vivir con esa inseguridad hace que te desvíes del “buen” camino siempre, aunque me quedo con la caletera, siempre más reconfortante irse por fuera de los caminos tradicionales.